sábado, 8 de mayo de 2010

UN MILLÓN DE PÉTALOS DE ROSAS EN LA TUMBA DE MI MADRE DE MARIETTA MORALES RODRÍGUEZ .



Caminar por las pequeñas calles del cementerio de Antofagasta para mi resulta una experiencia algo extraña . La conexión con la muerte y los recuerdos tristes golpean mi alma fuerte . Me causa una tristeza espantosa y siento que tengo que desafiar a la muerte de alguna manera . Caminar sobre esas tumbas pampinas con sus coronas de flores y los mausoleos de esas familias pudientes de Antofagasta . La subida del caracol camino a las tumbas que están cerca de los cerros . El dolor siempre ha estado presente en mi vida , he pasado los tres golpes más grandes que un ser humano puede experimentar muerte , violación , desarraigo . He tenido momentos de felicidad y también he visto deformado mi rostro frente al llanto . El látigo del dolor entro por primera vez cuando mi madre falleció y sentí una ira tan grande hacia Dios . No soporte el primer gran golpe de mi vida , si alguien me hubiera vaticinado todo lo que iba a vivir dentro de unos años mas , tal vez estaría con mi madre en ese cementerio de Antofagasta . Todavía falta mucho para que llegue el momento de mi muerte , me propuse llegar a la vejez y que la depresión no domine mi vida . Las flores secas , el agua , los envases , y las cruces . No tengo un sentimiento de temor frente a la muerte . Sueño morir en forma placentera y acompañada . Me da un gran pánico la soledad , la pobreza y la depresión . La muerte de algunas personas que he amado , han sido demasiada trágica y despiadada . Nadie en 36 años de vida , ha vivido experiencia tan extremas de dolor . Una decepción detrás de otra . Sueños que no se han echo realidad y con una gran ganas de vivir la vida en plenitud . Cada lapida es una historia diferente , cada flor es un pensamiento de buena voluntad . Un ángel en los caminos de una tumba de una bella joven que murió en forma violenta , me indica el camino hacia la tumba de mi madre . El día estaba radiante y el sol golpeaba fuerte sobre las tumbas . El silencio de los cerros y los rostros amables de los guardias del cementerio . Nada de fotografías . No hay un registro visual de mi propio dolor , es una bendición . Me gustaría borrar de mi memoria tantos acontecimientos trágicos en mi vida . Me encantaría experimentar la felicidad en su grado máximo . Sueño con tener un hijo , sin perder mi sentido de libertad . Me gustaría encontrar a una persona que me ame mucho y yo corresponder su gran amor hacia mi . Los árboles del cementerio señalan que hay que invocar el espíritu de mi madre . Ella era una buena persona , algo ingenua en ver la vida . Tenia momentos de alegrías y también momentos tristes . La recuerdo como esa mujer que amaba las rosas en el jardín de nuestra antigua casa en Santiago . Las rosas que están en su tumba son rojas y naranjas , sus colores favoritos . Una carta divina entre sus ramas y yo con la esperanza de conquistar el gran mundo y la felicidad .