jueves, 20 de mayo de 2010

EL TAMBOR DE HOJALATA DE MARIETTA MORALES RODRÍGUEZ .



Gunter Grass ,
si la vida es tocar
un tambor de hojalata
en la quietud de una calle bombardeada ,
después del desfile
de aquellos futuros reclusas ,
que vieron atardeceres en las calles frías
de Palestina , Berlín o Cisjordania ,
después del juego de los siete anillos .
Por las siete serpientes
que hacen sacudir las brújulas del poder .
Un anciano aún recuerda al pequeño Oscar ,
tocando el acordeon en la fiesta del trigal ;
por esos soldados que no pudieron
clavar la afilada hojalata ,
de esa niñez evaporada
entre cuentos de hadas ,
en los que el espíritu del hermano muerto
entra en la ventanuca del hospicio ,
encendiendo el fogón de la cocina .
Queda la fotografía del soberbio Oscar .
Sus sueños fueron fragmentados
en lo alto de un crucifijo
sobre una pulcra pared ,
donde el tambor dejo de sonar
en la lejanía de la línea de fuego .