jueves, 13 de mayo de 2010

CANTO A UN CAZADOR AL ACECHO DE MARIETTA MORALES RODRÍGUEZ .



Si todas las hadas del planeta bailaran en torno al fuego
en la soledad de un castillo perdido entre el estruendo
de un castillo medieval . Millones de demonios blancos invocan a Ludovico.
Dios guerrero de las luchas entre el ron y el papel blanco frente a la tinta .
Es el silbido de los cantos de guerras de ese bello genio encerrado en una botella .
Esa botella donde navegan los cortocircuitos del fondo de la caja de los deseos .
El aroma de ese lobo que deambula en la mirada de una princesa solitaria .
En el caminar del cazador al acecho , con el crujir de las hojas del otoño ,
en el desierto sur de los lamentos de los discursos añejos de antaños .
Invoco a Ludovico , en los ventanales de los árboles ,
en el delirar de los encuentros furtivos .
En los sueños delirantes de una cortesana ansiosa por el la amante del Rey .
El cazador al acecho escribe sus relatos en la orilla de una cama ,
con el aroma de esas frutillas que emanan de los muros de un convento .
En el viento de norte a sur como esa brújula imaginaria en los campos cerca del río .
Un cazador al acecho toma el farol en la sombra de Ludovico .