domingo, 29 de noviembre de 2009

LA CIUDAD DE LA FURIA DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ .



En mi ùltima ruta de viaje llegue realmente agotadora , feliz y algo triste . Una mezcla de extraños sentimientos por el increìble recorrido desde Antofagasta , Santiago , Chillàn , Concepciòn , Lota , Talcahuano y Coelemu . Lecturas poèticas que me dejaron con el gusto que si puedo conquistar nuevos territorios en el sur de Chile y estar conectada con otros artistas y poetas que viven los mismos procesos creativos .Olvidarme por unos dìas del tedio de vivir en Antofagasta con los mismos conceptos añejos de siempre y de las odiosas rencillas literarias de pueblo chico . A veces me da ganas de mandar todo al diablo y irme a un lugar lejano , ojalá en el viejo continente , para estar màs tranquila y solamente ver el esplendor de la poesìa en toda su furia del Olimpo . Pero tengo que hacer el esfuerzo sobrehumano de provocar una gran revoluciòn en mi vida y ver que tengo que partir a buscar otros mundos y universos . Cuidar y pulir mis versos como la perfecta escultura de mis aspiraciones . Sacudir la cabeza , si sacudir la cabeza con fuerza y solamente escribir todos los dìas frente a la pantalla del computador y olvidarme que vivo en un feudo en el lejano norte grande . Parece que nací en la ciudad equivocada . Me gusta demasiado Santiago con su caos urbano , sus micros , la tarjeta bip , el recorrido del metro y el canto de sirenas de un futuro mejor . El sur me parece electrizante , con el verde furioso de sus àrboles y el canto de esos rìos eternos . La brùjula corre de norte a sur o de sur a norte . Valiò la pena tomar el vuelo desde Antofagasta a Santiago y de Santiago a Chillàn en tren . La lluvia me recibiò como una dama ansiosa por ser la amante del Rey y vi que mi primera lectura poètica en Chillàn fue exitosa , presentada por mi amigo el poeta y artista visual Cristiàn -Condemarzo en un dìa donde soñaba con tener un paragua entre mis manos . Los paraguas son para mi un artìculo fascinante , casi de lujo y se que serán mis compañeros en los pròximos inviernos con el tazòn de chocolate caliente y las sopaipillas que devore en el mìtico bar el MartineZ de Rosas en Concepciòn . El recorrido sureño pase por todas las emociones desde la felicidad màs intensa hasta el caos de lanzar botellas de vino contra el muro de un baño , pero el corazòn latìa mucho mas fuertes , mi vèrtebra se hacia màs fuerte y mi ansiedad se convirtiò en la gasolina para escribir nuevos poemas y relatos . Tengo el derecho de dar rienda suelta a mis verdaderos fuegos y no le causo daño a nadie .