martes, 12 de mayo de 2009

CARTA A UN EDITOR EN VENECIA DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ .



Si todos los caminos del mundo conducen hacia la poesía la diosa enigmática y críptica . Son como las gacelas que corren desafiantes por las coordenadas de un mapa que se desploma ante el derrumbe de una torre de Babel de los eternos silencios . Los silencios perpetuos que se escuchan a lo largo de esta tierra , donde las comunicaciones no logran de cierta manea , romper esas torres de ciudades con ínfulas de una ciudad medieval . El mar atrás el canto de muchos poetas que desembarcaron en el puerto de Trakl , donde no existen esos cementerios de flores secas sobre las cruces de arenales fatuos . Ese viento que hace que cada poeta desafié la ley de los mundos invisibles . Vivir en provincia , es la interminable cadena de girar en torno de si mismo , como el rostro de una amortajada en una fiesta pagana . Sintieron el aroma de la poesía , que entra por nuestras narices y que hace estallar en millones de partículas en el desierto . Un día cualquiera , en una calle de Antofagasta , en una vieja librería de viejo , cayó desde el anaquel , un libro de poema de Ezra Pound . Rememorando las calles empedradas de Venecia , evocando el vuelo de las palomas , de aquel viejo poeta que luchó contra sus demonios con la esgrima de la poesía .¿ Donde estará el viejo Erza ? , en algùn verso de Gonzalo Rojas , en alguna conversaciòn de poetas en las calles caóticas de Antofagasta . " El mar gris , la tierra larga y oscura , la gran luna creciente con su amarillo apagado " ( Browning ) . Esa tierra donde el sol se pone en lo alto de una iglesia enterrada en la linea del tren .