martes, 7 de abril de 2009

EL DOLOR ENTRA COMO UNA HOJALATA ARDIENTE .



El dolor entro como
una hojalata hiriente
en mi corazón .
Fue la danza de las botellas arrojadas al mar .
Son los mensajes que navegaron ,
en las calles de viejo continente .
Es el estruendo del espejo de varias caras ,
en el palpitar de esos poemas
que agonizan en el fuego del desamor .
Escribí aquellas cartas
con el timbre de la inquisición .
Es ver como mi rostro
se destroza nuevamente
por el látigo del silencio .
Busque desenterrar ese sino
donde las alas de una bruja ,
me hace tejer la mantilla de la soledad .
Solamente ve como mis manos
se llenaron de sangre ,
por esos atardeceres en el mar .
Los barcos varadon en la esquina de mi corazón .
Albergue esos cantos de esperanza
en la cartografía poética de mis sueños .
Cruce caminos polvorientos
de una antigua construcciòn
donde los árboles secos ,
eran las caricias de un adiós sin retorno .
Camine por los mercados abiertos
de un país dividido por la conquista
de los quinientos años
y saboree el aroma de las catedrales de Lima .
Vi esas casas amuralladas ,
con el roce del terciopelo de sus manos ,
y me sentí una pitonisa desafiando mi destino ,
por la miseria ,
de ver como los ecos de las flechas
cruzaban mi espina dorsal .


UN POEMA DE MARIETTA MORALES RODRÌGUEZ