miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA DAMISELA DE LA MUERTE SE PASEA CON EL HUMO DE LOS CIGARRILLOS

Eres tan silencioso cuando regresas a casa
despuès de una larga lucha de estar de pie
en las calles hùmedas de la ciudad ,
con las luces de neòn de las tiendas
donde la damisela de la muerte
se pasea con el aroma de los cigarrillos
de un viejo emporio .
Parece que me dejas con la mantilla de la angustia ,
en el sentir de mis sueños rotos
por el andar de una micro
que recorre la ciudad de un extremo a otro .
Son los ecos urbanos
que entra en la tienda de historietas ,
donde los ladrillos inspira esas aventuras èpicas .
Me acerco en la mirada de cada anciano ,
para ver como la vida se marca con el surco de los rostros ,
donde el carretero de la rueda de la fortuna ,
olvido el paradero de los ancianos .
Es sentir el latido de mi corazòn
con las puntadas de esa cama
donde las pùas del desamor
me hace ver tu mirada
como el aliento de una esperanza
que quedo guardada en el baùl de las cartas amarillas .
Es respirar ciento veinte años en un descansar en paz .
Las heridas de esa señora de la catedral de la soledad ,
por el resplandor de la catedral
frente a los anuncios de esos juegos traviesos .


MARIETTA MORALES RODRIGUEZ